Génesis 45:1-5
"Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros (V. 5)."
Existen organizaciones que se destacan en el sector de la cultura, arte, finanzas, bisutería y militar, por eso da la influencia a todo el mundo. Ellos tienen el trasfondo que viene de las fuerzas de las tinieblas, se desarrollan cada día más y se están extendiendo. En el caso de los hijos de Dios, ¿cómo tienen que vivir?
1. El día de hoy que está dentro del plan de Dios.
El dueño de José no conocía a Dios. Sin embargo, vio que Jehová Dios estaba junto con José que era un esclavo. También vio que todo lo que José hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano (Génesis 39:3). Por eso, le dio a José el encargo de su casa y Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José (Génesis 39:5-6). El día de hoy, el día que nos acordamos de Dios quien está junto con nosotros y que confesamos la fe, se cumple el plan de Dios.
2. El poder que trasciende el tiempo y el espacio.
Las personas que tienen buen respaldo, tienen cosas en que apoyarse, por eso, fácilmente no se desaniman ni se mueven. El rey Faraón veía a José y aunque no creía en Dios, dijo que José era una persona en quien estaba el Espíritu de Dios (Génesis 41:38). Dios puede hacer todo porque obra trascendiendo el tiempo y el espacio y da la guía a sus hijos.
Cuando disfrutamos en la vida de que Dios está junto con nosotros, nuestra vida se conecta con el reino de Dios. Por eso, podemos dar la influencia del Evangelio a las personas que están a nuestro alrededor. Además, a través de nuestros estudios o trabajos, podemos cambiar la época y el mundo.
Oración del evangelista, discípulo, obrero y misionero:
Dios y Padre amado te damos gracias por acompáñarnos en todos nuestros trabajos y todas las situaciones que estamos. Señor levantamos cómo las personas que influencian a otras el evangelio. Que aferrados al pacto podamos en el día de hoy vivir experimentando tus obras que trascienden el tiempo y el espacio. Oramos en el nombre de Jesucristo. Amén.